La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 ha hecho necesaria la adopción de diferentes medidas en lo referente a higiene, control y organización. Para lo cual se han llevado a cabo la implementación de protocolos de bioseguridad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la bioseguridad como “Aquellas normas, técnicas y prácticas aplicadas por el personal con el fin de evitar la exposición no intencional a patógenos y toxinas, o su liberación accidental, pudiendo estos incidir en la salud de los colaboradores”. esta definición potencializa la necesidad e importancia de la existencia de medidas de bioseguridad como herramienta fundamental para el cuidado de la vida de las personas frente a enfermedades, virus y bacterias.
Actualmente no es posible hablar de espacios completamente libres de microorganismos, ni afirmar que no exista riesgo de contagio en un espacio determinado. De lo que sí podemos estar seguros es que existen protocolos y medidas que, correctamente implementadas, contribuyen a reducir en gran medida los riesgos de contagio.
Cada persona debe propender por el cuidado de–si mismo, de los seres queridos y de la sociedad en general., por tanto, le corresponde:
Determinar con claridad las medidas de cuidado que requiere implementar para prevenir su contagio o el de otros, teniendo en cuenta aquellas que han demostrado ser eficientes desde la evidencia científica.
Extremar las medidas de cuidado en el caso que alguno de los miembros de la familia presente alguna comorbilidad asociada a mayor riesgo de enfermedad grave por Covid-19.
Evitar el contacto con las demás personas, si identifica situaciones de riesgo para la transmisión del virus por Covid 19 o aglomeraciones.
Generar condiciones que permitan materializar la prevalencia de los derechos de los niños, niñas y a adolescentes a partir de prácticas de cuidado y autocuidado.
Antes de salir, atienda las emociones y pensamientos que le generan la idea de salir, planifique las actividades que realizará fuera de casa y la forma en que se movilizará, así como las medidas de protección que empleará.
En el espacio público procure mantener una actitud positiva, concéntrese en realizar las actividades planeadas, preste atención constante a los posibles riesgos y al uso adecuado de sus elementos de protección.
Mientras sea posible promueva espacios de interacción social de manera especial para niños, niñas y adolescentes bajo las medidas de bioseguridad definidas en este anexo.
Se recomienda evitar aglomeraciones en espacios abiertos y cerrados, definiendo estrategias que garanticen el distanciamiento físico y minimicen la concentración de personas en un mismo lugar, tales como: horarios de atención, turnos de operación, sistemas de reservas.
Siempre que sea posible, mantener puertas y ventanas abiertas para lograr intercambio de aire natural.
Todos los ambientes deben tener un alto flujo de aire natural, realizar las adaptaciones necesarias para garantizar una adecuada ventilación, y evitar que haya grupos de personas en lugares de baja ventilación.
Realizar la evaluación y adecuación de las condiciones de ventilación con el fin de minimizar el riesgo de contagio.
Favorecer todas las actividades laborales y de bienestar que sean posibles en espacios abiertos y con distanciamiento físico.